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Antes de empezar a ver la serie, leí un comentario en un magazine de EEUU que describía Girls como el punto medio entre Sex and the City y Gossip Girls. ¡Tenía que verla! Porque debo admitir que he visto todos los capítulos de ambas series y que las dos son de mis favoritas. Sin embargo, luego de haber visto las cinco temporadas de Girls por más de tres veces, me atrevo a decir que esta no es un punto medio, sino un punto aparte que se impone desde los márgenes. Girls, sin duda, era una serie mucho más sincera, una de las más sinceras que he visto.

El 12 de febrero, HBO lanzó el primer capítulo de su sexta y última temporada. Girls, una serie creada por Lena Dunham que quería ver a sus amigas representadas en televisión, nos trae la historia de cuatro chicas en Nueva York. Ellas rompen con el estereotipo de mujeres que todo lo pueden, que siempre lucen bien y que se sobreponen grácilmente de la desgracia. Esta serie no tiene caras lindas, ni trajes que promocionen a diseñadores, ni  protagonistas con vidas de ensueño.

Girls intenta ser mucho más real y cercana a la vida de una mujer blanca que atraviesa los 20 años mientras trata de crecer y ser un adulto independiente. Asimismo, en algunas entrevistas, se ha señalado que la serie creada por Dunham no es inclusiva, ella al respecto ha declarado que Girls está basada en su propia experiencia, que mal que bien es la de una mujer blanca en NY y que no ha querido planear situaciones que no haya vivido en carne propia.

La moda en Girls, uno de los elementos más sencillos pero esenciales, está lejos de ser el estereotipo inalcanzable de series como Sex and the City o Gossip Girl. Es un estilo más cercano a todos aquellos que estamos en la veintena y trabajamos para vivir y vestirnos a nuestro estilo.

La historia tiene como personaje principal a Hannah Horvath, protagonizada por la misma Lena Dunham. Junto a ella están sus amigas: Marnie, Jessa y Shoshanna. Las cuatro viven en Brooklyn y, excepto Shoshanna, ya terminaron la universidad. Ahora deben mantenerse solas, buscar un trabajo, sobrevivir al día a día, salir con gente, perder su virginidad, casarse, tener más sexo, lidiar con el desempleo, con las fiestas, el alcohol, las drogas, más sexo, enfermedades y más de esas cosas que trae el mundo real al volverse adulto, cuando obviamente todavía no estás listo –aunque, ¿cuándo lo estamos?-.

Las chicas de Girls no son personajes que se definen con una sola forma de ser o se construyen bajo un estereotipo. No tienen “problemas femeninos”, tienen los problemas de cualquier ser humano. La serie habla de rupturas, enfermedades mentales, decepciones amorosas y personales, la amistad, la presión social, el desempleo. Ellas van creciendo, probando, intentan y fracasan, porque realmente estas cosas nos pasan.

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La moda en Girls, uno de los elementos más sencillos pero esenciales, está lejos de ser el estereotipo inalcanzable de series como Sex and the City o Gossip Girl. Es un estilo más cercano a todos aquellos que estamos en la veintena y trabajamos para vivir y vestirnos a nuestro estilo. Jenn Rogien está a cargo de todo el vestuario de la serie y todo aquello que este nos quiere narrar.

El vestuario en Girls no solo sirve para caracterizar a los personajes, es un medio de performance constante que nos puede trasladar al interior de cada una de las historias. La elección que hace Jenn Rogien, quien también ha estado a cargo del vestuario de Orange is the new black, para cada uno de los capítulos hace a los personajes más auténticos, más cercanos al espectador porque, al igual que el guión, logra representar el mundo interior del personaje.

Como Rogien declaró, “la ropa de las chicas de Girls no interfiere con la esencia del personaje, no nos distrae del personaje, por el contrario aporta y mantienen un estilo”. Es cierto, las protagonistas tienen un estilo propio, pero eso no limita al personaje y, a lo largo de las cinco temporadas que van, han mantenido un estilo fiel pero en constante evolución.

Hannah

Del vestuario de Hannah, la fashion police diría que es un desastre absoluto. No toma en cuenta su cuerpo, aquello que podría quedarle mejor. No es la típica protagonista delgada y para ella parece no ser un problema decirlo. Es un desastre, porque no sigue las normas, no siempre usa ropa interior, no combina bien los colores, nunca se peina y no usa maquillaje. Pero, al mirarla con mayor detenimiento, Hannah, que así misma se llama “la voz de una generación”, tiene un estilo propio.

Las selección de sus prendas es particular: polos con lagartijas, vestidos con grandes estampados de flores que puede que no “ayuden a su figura” pero que resaltan la personalidad volátil del personaje. No pierde ese toque femenino particular en las formas, como vestidos en corte A, combinación de colores fuertes con flores, frutas o estampados de animales, ropa cargada de una gran vibra vintage. Igualmente, en muchos capítulos, también se le ve desaliñada, porque ese día no decidió bañarse, peinarse o ponerse ropa limpia.

Sin embargo, el rasgo más especial de Hannah es sin duda un grito siempre latente de ponerse lo que uno quiere siempre que esté cómodo consigo mismo, sin la presión de la ropa interior correcta, del maquillaje adecuado y sin reparar en los accesorios. Tal vez, algo muy importante que hemos olvidado muchos a la hora de vestirnos, que lo primero en lo que debemos pensar y con lo que debemos guiarnos es si realmente nos sentimos bien con lo que llevamos puesto

girls2

Marnie

Marnie Michaels, la amiga más cercana de Hannah, protagonizada por Allison Williams, es su total opuesto. Como un espejo hacia otra dimensión, Marnie es la chica que hace todo aquello que se supone que una debe hacer. A lo largo de la primera temporada, lo notamos en ese look formal de working girl que lleva siempre. En las siguientes temporadas la vemos cómo trata desesperadamente de encajar en los nuevos caminos que emprende, pero nunca deja de lado la formalidad, la necesidad de tener el control sobre su ropa y su entorno.

Ella es el ejemplo ideal de cómo se lleva una falda pencil. Es una chica delgada, siempre con el cabello peinado y con la cantidad justa de maquillaje que requiere la situación. A medida que la serie avanza, los rumbos laborales y amorosos de Marnie tambalean, pero en cada una de sus nuevas empresas busca tener el control del look. Es como si Marnie entendiera cada ocasión a la que se enfrenta al momento de vestirse. Si se va de viaje en un convertible, de repente la vemos con un pañuelo como en los años 50; si va a salir una noche donde todo se volverá una locura, encuentra un perfecto vestido rojo.

Jessa

Uno de los looks más imponentes es el que lleva Jessa, lleno de extravagancia, algo indie o folk. Jessa Johansson es la prima inglesa de Shoshanna. Ella logra hacer la magia de tomar cualquier prenda y cubrirla de glamour, crear un outfit lleno de diseños o colores pero que juntos interactúan en armonía. Sus atuendos van marcados con prendas oversized, algo muy exótico y que juega mucho con las texturas, para demostrar que es espíritu libre.

Uno de los atuendos más destacados en el vestido de plumas que usar en la fiesta de la primera temporada, pero también podemos ver a lo largo de los vestuarios de Jessa cómo crece, se sobrepone de sus problemas con las drogas y el desempleo, y encuentra un camino profesional con el que se sienta cómoda. Más jeans y menos transparencias, Jessa no pierde su esencia libre, un look lleno de glamour natural y siempre en zapatos de taco o plataforma. Ella y su ropa es irreverente y casual.

Shoshanna

Por último, mi favorita, Shoshanna Shapiro. Shosh, mi íntima, no solo ha crecido como personaje a lo largo de la serie, sino que ha pasado por cambios de look realmente radicales. De su cabello marrón y largo a tenerlo corto y rubio con mechas rosadas y sus audífonos de Hello Kitty en su regreso de Tokio. Sin embargo, esos cambios de look nunca han perdido de vista lo esencial en el guardarropa de este personaje.

Desde el primer capítulo, ella va por lo más cute, en referencia a esa inocencia que tiene especialmente en las dos primeras temporadas y que llevan a Shosh a transformarse en a fully-formed human (en sus propias palabras). Shoshana sigue la moda y las tendencias, siempre tiene un lado femenino que explota, casual pero en particular se distingue por centrarse en los detalles y en los accesorios correctos.

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Rogien busca que los guardarropas de cada una de las chicas sea realista, pueden tener una prenda de diseñador así como algo comprado en una tienda de segunda mano, pero también tienen que poseer un elemento de teatralidad que demuestre que estamos viendo una puesta en escena, un discurso que también se transmite a través de las formas y colores. Tal vez, se trate de un consejo que todos debemos recordar: la ropa puede ser la comodidad en todo aquello que nos ponemos y el elemento teatral. Siempre habrá un discurso que atraviesa nuestras prendas. Un gran ejemplo a través de una serie que plasma, dentro de lo posible, la vida de la gente que intenta crecer y vivir.

 

Ilustración por Mariel Reyes.

 

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