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No les pasa que caminan por la calle, pasan junto a un kiosko lleno de periódicos y ahí están: las revistas para mujeres. Nos miran fijamente y nos atacan con títulos grandes, adornados y color pastel: “Cenas perfectas para tu amado/a”, “La mejor dieta del verano”, “Las ensaladas más fáciles de hacer”. Muy discretamente les damos un vistazo y, apenas empezamos a leer, nos sentimos abrumadas por la cantidad de pasos a seguir o por la decoración perfecta de cada plato. Nos sentimos culpables por no comer todos los días esa ensalada que nos promete el cuerpo perfecto en dos semanas, por no tener tiempo para cocinarnos un almuerzo con entrada, sopa y segundo. Nos sentimos culpables porque, en la cena de ayer, no nos importó cuántas calorías tenía cada plato, solamente porque todo estaba delicioso.

Para aquellas y aquellos que no saben en cuánto tiempo se coce un huevo, para las que no saben cómo hacer chantilly, para las que no quieren saber qué ensalada comer, para las que no tienen tiempo, para las que solo quieren comer algo rico, para las que comen saludable, para las que se quedaron cuidando al hermano menor por una semana, para las que viven solas, para las que solo comen sopas ramen, para las vegetarianas, para las que queremos estar preparadas por si nos atacan los zombies, #FearNoMore. Cuando terminen de leer estas recetas, sentirán que Julia Child ha invadido sus cuerpos. Ok, no. Pero, por lo menos, podrán sobrevivir a un apocalipsis y evitarán hacer roche con su gil, flaquito, flaquita, papá, mamá, y así, así y así.

En estos cortos pero muy informativos posts ampliarán sus conocimientos culinarios y dejarán de marcar el 555 – 5555 del KFC o reventar el app de Lima Delivery (Para después escribir quejas larguísimas sobre cómo su pedido de pizza llegó 2 horas tarde). No se preocupen: empezaremos de a poquitos con cosas básicas. Esperemos que de acá a unos meses ya no incendien sus secadores de cocina (Perdón, mami).

Paso 1: El microondas

Internet nos hace lamer nuestras pantallas cuando vemos estas recetas “facilísimas” y muy rápidas de hacer. Admito que soy la obsesionada número uno de estos videos como los de Tasty, Sabores, Food Network. Pero me he dado cuenta de que en varios de ellos no especifican cantidades exactas o no son 100% claros en algunas preparaciones. Además, muchas de esas recetas gringas no siempre funcionan igual acá, ya que hay varios factores que pueden alterar una receta, por ejemplo si usan un tipo de harina que tiene un nombre que no podrían pronunciar en su #PerraVida (Ein’korn). Para su suerte, pasé cinco años (y medio) estudiando gastronomía y podré iluminarles el camino. Denme la mano y déjense llevar.

Una de las primeras recetas que vi de esas rapiditas para sacarte del apuro fue un Mug Cake. Si no saben qué es, les explico: Es un keke pequeño horneado en una taza. Las cantidades son chiquitas, como para quitarte un antojo. La idea es poner todos los ingredientes ahí y, mágicamente, tener la octava maravilla mundial saliendo de tu propio microondas.

Los que me conocen saben que soy azúcar hecha persona, no puedo decirle no al dulce y me encantaría bañarme en gomitas de osito. Entonces, cuando vi este postre chiquito, decidí hacerlo al instante. Puse todo en mi taza, mezclé y mezclé y lo metí en el microondas. Tres minutos después terminé con, básicamente, una esponja para lavar platos, llena de grumos y con un sabor ajjjjqueroso. Un fiasco. ¡Pero no! No me di por vencida. Sé que puede parecer un poco exagerado: ¿Por qué, si pasé cinco años (y medio) en la universidad, me tomo tanta molestia por hacer un simple keke en microondas en vez de hacer uno normal, común y silvestre? Lo pensé, créanme, pero conociéndome me hubiera comido el molde tamaño familiar en dos días o menos (Y también quería ganarle a la maldita taza).

Cuando investigué, vi que la tendencia se iba un poco de avance. Me encontraba con videos en Youtube de cómo hacer macarrones con queso en una taza, galletas en taza, lasaña en taza. Hello?! ¡¿Quién quiere comer sólo una taza de lasaña?! #DameLaOlla. Yo solo me quedé con mi fiel compañero Mr. Kekito en Taza y nuestra relación es hermosa. Así que, sin más palabreo, les presento la receta -para mí- perfecta de un Mug Cake.

Disclaimer: Debo decirles, eso sí, que la potencia del microondas puede afectar el resultado; si hubiera algo estándar, les diría exactamente el nivel. Yo simplemente no lo toco, prueben con eso.

Mug cake de chocolate 

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Ingredientes:

  • 3 Cucharadas de harina preparada
  • 1 ½ Cucharada de cocoa
  • 3 Cucharadas de azúcar (rubia de preferencia; sino, blanca está bien)
  • 1 Cucharadita de polvo de hornear
  • 1 Cucharadita de café instantáneo
  • 3 Cucharadas de leche (Yo uso evaporada)
  • 3 Cucharadas de aceite vegetal
  • 1 huevo
  • 1 Cucharadita de esencia de vainilla

Utensilios

  • La taza más grande que tengan
  • Un bowl o recipiente para mezclar
  • Una cuchara
  • Por último, pero más importante…un microondas

Preparación

Sé que seguro leen esto y dicen: “Pensé que iba a ser rápido y fácil”, “¿Por qué tantos ingredientes?”. Bueno, son cosas que pueden conseguir en una bodega, nada complicado, así que basta de lloriqueos. #BitchyModeOn

Primero, van a poner todos los ingredientes secos en el recipiente; o sea, la harina, cocoa, azúcar, polvo de hornear y café. Trato de usar azúcar rubia cuando puedo porque hace que la mezcla quede más melcochosa. Con la cuchara, mezclen bien todo esto. Hagan un pequeño hueco en el centro y pongan el huevo, aceite, vainilla y leche. Vayan integrando todo de a poquitos, del centro para afuera, y mezclen como si no hubiera un mañana. Raspen bien los bordes y el fondo. La receta original dice que se haga directamente en la taza; pero es complicado ver si queda algo de harina en el fondo, así que es mejor que lo hagan aparte. Vamos, es sólo una cosa más por lavar.

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Una vez que tengan todo bien mezclado, pónganlo en la taza más grande que tengan y luego en el microondas. Dejen que se cocine por un minuto si es que les gusta que todavía haya masita tipo cruda, algo así como esos lava cakes que te dan en Chili´s. Si es que les gusta bien kekoso, dejen pasar dos minutos. Mientras está caliente, pueden ponerle encima el Donito que se habían comprado de regreso a sus casas. ¡Y ya! Va a estar súper caliente así que esperen un ratito y dejen que enfríe para que no se calcinen la boca. Se los dice la voz de la experiencia.

Ahora que ya tienen esta receta básica podemos ponernos un poquito creativos. Pueden obviar la cocoa, ponerle una cucharada más de harina (como para compensar) y ponerle canela y más especias. O ponerle chispitas de chocolate, un poco de algarrobina, marmolearlo con manjar blanco o mermelada. Ya queda a su criterio y gusto. Pueden hacer básicamente lo que quieran.

¿Difícil? ¿Complicadísimo? ¿Casi mueren? Pues no, así que no más excusas para no hacer su propio baby keke. Ya pronto podrán tener su propio segmento en Utilísima. Listo. #Cachete[i].

[i] Sinónimo de “perfecto”, “bacán”, “genial”, “bravazo”, “deputamadre”.

 

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