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Érase una vez una princesa que vivía en una torre y soñaba con ser rescatada por su amado príncipe. Lo amaría en el instante que lo viera, sería la magia del primer amor. El príncipe azul la rescataría de la torre demostrando su valor, su hombría, y en recompensa la tierna princesita sería suya para siempre. O mejor no. Mejor escribimos nuevas historias.

Los tradicionales cuentos de buenas noches se reescriben para las nuevas generaciones de niñas y niños que deben ser criados en igualdad. Igualdad es el término que se repite a diario, pero que muchas veces queda solamente en un discurso; la separación binaria entre lo que es considerado para niños y para niñas sigue siendo una brecha difícil de superar. Es un concepto que se discute desde la currícula educativa, en los discursos de una iglesia, en las preguntas de los padres de familia. Mucho se puede discutir en el discurso, pero, cuando en tu vida hay un niño o niña, empiezas a cuestionar la posibilidad real y concreta de educarlos en igualdad en una sociedad que nos bombardea con estereotipos, que nos enseña que las niñas usan rosado, que los niños usan azul; una sociedad que te repite que los niños no lloran, que una mujer con voz es mandona, que los géneros son dos.

¿Qué haces cuando eres la hermana feminista de un niñx? Ese es mi caso. Recuerdo lo mucho que odiaba de niña cuando mi abuela me decía “No silbes. Una señorita no hace esas cosas”, pero también recuerdo que me encantaban las historias de mujeres valientes y fuertes con las que mi tío y mi madre me hacían dormir o amenizaban el tiempo en el carro. Mujeres que decidieron salir de los esquemas de su época, salir de la idea tradicional del rol de la mujer, como Juana Azurduy, Simone de Beauvoir, Micaela Bastidas, Frida Kahlo, Violeta Parra, Madonna, Martha Argerich. A pesar de los estereotipos, aprendí que todo era posible más allá de las etiquetas y que, para lograr todo ello no tenía que ser un hombre, blanco, heterosexual; era solo necesario ser valiente.

¿Qué tan difícil puede ser criar a una niña empoderada? De mi pregunta inicial nace una más grande: ¿Es tan difícil criar niños que asuman la igualdad de género? Poco a poco fui descubriendo que es posible a través de una de las expresiones más divertidas para mí: la lectura.

Niñas sin estereotipos

Cuando conocí a D en su primer día en el trabajo, la miré con los mismos ojos con los que a veces miro a mi mamá. Es una mujer de clase media que distribuye su tiempo entre sus labores de madre y de trabajadora. Siempre está corriendo, siempre tiene algo que hacer y trata de robarle tiempo al tiempo. Es una mujer valiente. “Mis hijas aman vestirse de negro, no son mucho de princesas, la verdad” es lo primero que escuché de D. Unos meses después, me comentó que en Halloween la menor de sus hijas se iba a disfrazar de Michael Jackson. Pasados los meses empezamos a hablar más, conocí a sus hijas, la mayor tiene la misma edad que mi hermano. Reconocía un poco del discurso de mi tío en el de D. Ese intento constante de ofrecerles un mundo donde ellas sean niñas que puedan decidir y defender su decisión, niñas seguras y resueltas. D no habla de la segunda o la tercera ola del feminismo, D no cita a Judith Butler, ni sabe de memoria las grandes teorías contemporáneas sobre el género; sin embargo, cría a sus hijas en libertad y en una capacidad absoluta de decisión, en confianza. Veo a D y de nuevo me pregunto: ¿Es tan difícil criar niñas empoderadas frente a una sociedad guiada por el patriarcado? La verdad es que críar niñas empoderadas no va a hacer que el machismo termine, muchas se van a enfrentar a ese machismo duro y puro que las ataca constantemente física y psicológicamente, en sus carreras profesionales, en lo privado y en lo público. Sin embargo, criarlas en confianza y libertad hará que se vuelvan adultos con herramientas para defenderse y ayudar a otras en sororidad. O, al menos, eso es lo que espero.

Para niñas rebeldes

Yo no soy madre, no planeo serlo a corto plazo y tener o no tener hijos no me quita el sueño. Sin embargo, he aprendido bastante de D y trato de poner en práctica lo que ella hace con sus niñas con mi hermano. D llegó un día con uno de esos datos que saca de la manga.

El libro Good Night Stories For Rebel Girls llegó a Lima como Cuento de buenas noches para niñas rebeldes, escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo. Las autoras reúnen historias de diferentes mujeres, historias que deben ser transmitidas y conocidas entre las nuevas generaciones. No es un libro de ficción, una fantasía que alimente las mentes de los niños con estereotipos que de ahí serán replicados en sus interacciones sociales. Favilli y Cavallo cuentan 100 historias de mujeres que cambiaron el mundo. Cada uno de los relatos va acompañado de una gráfica o retrato. Cada una de estas gráficas han estado a cargo de una artista diferente, lo que nos pone en escena no solo 100 grandes mujeres y sus historias, también 100 grandes talentos artísticos de todo el mundo.

El libro cuenta las cosas como son, como fueron, la realidad sincera y comprensible para los niños, lo que además demuestra que a ellos no hay que subestimarlos. Historias como la de Catalina La Grande y de cómo decidió tomar control sobre el reinado de Rusia; o la historia de Coy Mathis, un niño que decidió ir con vestido al colegio. Cada relato está lleno de una naturalidad que ayudará a cada niña que lo lea a creer en ella misma y sus posibilidades de agencia.

El mensaje es claro: la gama de mujeres que presenta este libro enseña que hay más de una forma de vivir o que siempre hay más de una elección, que no solo hay una manera de entender lo femenino, lo masculino o lo que se encuentre dentro de ese espectro. En general, te deja entender que puedes llegar a trabajar, vestir, hacer y vivir de la forma en que mejor creas; y, en especial, que la elección te llevará a ser feliz contigo y en muchos casos a ayudar o inspirar a otrxs. Para las autoras este libro es una forma en que niñas con grandes sueños se convertirán en mujeres con una gran visión, la herramienta más grande para cambiar el mundo.

Algunos nombres son conocidos, otros los leí por primera vez. Entre estas grandes historias y mujeres se encuentran Amna Al Haddad, atleta de los Emiratos Árabes especialista en levantamiento de pesas, va junto a otras atletas más conocidas como las hermanas Serena y Venus Williams, o la medallista olímpica Simone Biles. Grandes mujeres de la política y el activismo como Catalina La Grande, las Hermanas Mirabal, Rosa Parks, Michelle Obama o Isabel I. Desde las artes, mujeres como Virginia Wolf, la arquitecta Zaha Hadid, Frida Kahlo, Brenda Chapman (la creadora del personaje de Mérida en Valiente), Nina Simone y su extraordinaria voz, o Xian Zhang, la primera mujer directora de la Orquesta Estatal de Sajona de Dresden, directora invitada en la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de Chicago, la Orquesta Filarmónica de Oslo y la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Junto a otras historias extraordinarias del valor al momento de enfrentarse a los estereotipos, como es el caso de las Cholitas Escaladoras.

Este libro no solo enseña la historia de grandes mujeres, un ejemplo para millones de niñas. También es un ejemplo para muchos niños, para que crezcan sin que se sientan amenazados por mujeres exitosas, porque podrían entender que su condición de hombres los obliga al éxito. Como menciona Francesca Carvallo, este libro y las historias que contiene son ejemplos de determinación, curiosidad y compasión, la necesidad de cuestionarse y siempre tener preguntas; la mágica fórmula de intentar, fallar y volver a intentar, la capacidad del cambio en cualquier campo de la vida intelectual, cotidiana, familiar o de poder.

Portada del libro de la Editorial Destino

Niñas valientes y niños conscientes de sus privilegios

Luego de googlear, buscar videos y hablar con D, decidí comprar el libro. Leer es nuestra mejor arma, los libros serán nuestras balas. Así que decidí leer el libro con mi hermano. Si las niñas necesitan más modelos a seguir, los niños necesitan entender sus privilegios y dejar de acobardarse, comprender desde pequeños que tampoco existe un solo tipo de masculinidad. Mi hermano ahora sabe que no solo “los machos son fuertes”, ahora también es consciente de que las masculinidades son frágiles, que ser fuerte no lo hace un mejor sujeto, que si quiere puede llorar, que si desea puede llevar el cabello largo y que nunca debe sentirse amenazado por una mujer que triunfa; al contrario, cada día que pasa, es consciente de que por nacer hombre tiene privilegios con los que muchas mujeres no cuentan.

Andrés es mi hermano menor, y la norma dice que yo le debo enseñar cómo funcionan las cosas, pero esa norma no siempre se cumplen. Entonces, por el contrario, siento que yo aprendo de él y de su capacidad demoledora para cuestionar casi todo. Sus preguntas a veces me asustan, porque retan mi propio miedo al « no saber », y otras veces me dejan grandes ideas y largas reflexiones. Andrés se preguntó si existe la posibilidad de hacer un libro de cuentos para niñas rebeldes peruanas. Y es verdad: hemos tenido muchas. Si las niñas del mundo necesitan conocer esta capacidad de generar cambio desde una misma, creo que ese ejercicio es aún más necesario en nuestra sociedad peruana, donde la Nación está conformada por héroes, todos hombres, casi todos heterosexuales –o mujeres íntimamente relacionadas a ellos-. En nuestros libros de historia(s), no nos han contado sobre las heroínas peruanas, sino que las mujeres han obtenido ningún o casi ningún protagonismo, a pesar de haber retado la esfera de lo masculino o el esquema tradicional impuesto por la sociedad.

Good Night Stories For Rebel Girls está a puertas de sacar su segundo volumen, con más relatos y ejemplos de sujetos femeninos que a pesar de la violencia, las limitaciones y estereotipos han podido marcar una diferencia. Es hora de pensar en un libro de relatos para niñas rebeldes peruanas que se conviertan en agentes de cambio y niños que se libren de los estereotipos binarios entre lo femenino y lo masculino. Aquí una lista atrevida de una propia versión de Cuento de buenas noches para niñas rebeldes versión Perú. Si nos olvidamos de alguien, aceptamos sugerencias: Lucha Reyes, Máxima Acuña, Mamá Angélica, Blanca Varela, Micaela Bastidas, Francisca Zubiaga “La Mariscala”, Antonia Moreno de Cáceres, Yma Sumac, Carmen Moral, Chabuca Granda, María Rostoworowski, María Elena Moyano, Tilsa Tsuchiya, Pauchi Sasaki, Giulia Tamayo, Fabiola León-Velarde o Carmela Combe, Gladys Tejeda, Inés Melchor

Crear un texto de esta magnitud bajo la realidad peruana no solo nos permitiría luchar contra las brechas de género, nos permitiría demostrar que las brechas raciales y económicas son una diferencia abismal con las que tenemos que acabar. Si estos relatos no van a ser incluidos en los textos oficiales, entonces, propongo que las adultas hagamos una revolución para las niñas desde los textos. No existe más una única historia que contar.  Coraje y determinación es el mensaje que los futuros sujetos deben oír, no historias de finales felices, historias que les demuestren que el camino no es solo uno.


Ilustración de Mariel Reyes

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